Luna marinera

Bajo la luna marinera ruge sin pausa un tumulto luminoso de oleaje y arena. Haz que la noche entre con su aliento de algas, ventana de mi casa, insomne y veraniega. A calmar los ardores del cuarto enardecido Viene la brisa tímida, amiga bienvenida La silueta de un hombre se adivina en la playa, detenida en el borde del mundo conocido. Con canto de sirena la inmensidad extraña lo ha de llamar hablándole de un Reino Perdido. Y mientras los astros surcan la bóveda lejana y la Historia inefable se despliega en el tiempo los gallos vigilantes esperan la mañana para soltar el lazo que nos tiende el Misterio.