Lyrics
En la oscura profundidad de la noche,
Donde las estrellas se esconden de la vista,
Se gesta el poder de antaño, sin reproche,
Donde la sombra de la muerte se conquista.
El viento trae un susurro, un lamento,
El eco de un dios que aún no nace,
En la tierra de la serpiente, el aliento,
Anuncia un nuevo rey, su paso trae disgracia.
¡Oh, Quetzalcoatl, serpiente emplumada,
De la oscuridad naces, de la muerte alzada!
Con tus alas de fuego y escamas doradas,
Rompe las cadenas de la noche olvidada.
En el vientre de la tierra, un rugido,
El nacimiento de un dios, un destino,
Construye su trono de cráneos encendidos,
En las ruinas de un tiempo, su camino.
¡Oh, Quetzalcoatl, serpiente emplumada,
De la oscuridad naces, de la muerte alzada!
Con tus alas de fuego y escamas doradas,
Rompe las cadenas de la noche olvidada.
En las sombras de la noche, se levanta,
El dios serpiente, el sol que nunca se agrieta,
Quetzalcoatl, señor de la tierra santa,
En su despertar, la vida y la muerte se entrelazan.
En la oscura profundidad de la noche,
Donde las estrellas se esconden de la vista,
Se gesta el poder de antaño, sin reproche,
Donde la sombra de la muerte se conquista.
El viento trae un susurro, un lamento,
El eco de un dios que aún no nace,
En la tierra de la serpiente, el aliento,
Anuncia un nuevo rey, su paso trae disgracia.
¡Oh, Quetzalcoatl, serpiente emplumada,
De la oscuridad naces, de la muerte alzada!
Con tus alas de fuego y escamas doradas,
Rompe las cadenas de la noche olvidada.
En el vientre de la tierra, un rugido,
El nacimiento de un dios, un destino,
Construye su trono de cráneos encendidos,
En las ruinas de un tiempo, su camino.
¡Oh, Quetzalcoatl, serpiente emplumada,
De la oscuridad naces, de la muerte alzada!
Con tus alas de fuego y escamas doradas,
Rompe las cadenas de la noche olvidada.
En las sombras de la noche, se levanta,
El dios serpiente, el sol que nunca se agrieta,
Quetzalcoatl, señor de la tierra santa,
En su despertar, la vida y la muerte se entrelazan.
En la oscura profundidad de la noche,
Donde las estrellas se esconden de la vista,
Se gesta el poder de antaño, sin reproche,
Donde la sombra de la muerte se conquista.
El viento trae un susurro, un lamento,
El eco de un dios que aún no nace,
En la tierra de la serpiente, el aliento,
Anuncia un nuevo rey, su paso trae disgracia.
¡Oh, Quetzalcoatl, serpiente emplumada,
De la oscuridad naces, de la muerte alzada!
Con tus alas de fuego y escamas doradas,
Rompe las cadenas de la noche olvidada.
En el vientre de la tierra, un rugido,
El nacimiento de un dios, un destino,
Construye su trono de cráneos encendidos,
En las ruinas de un tiempo, su camino.
¡Oh, Quetzalcoatl, serpiente emplumada,
De la oscuridad naces, de la muerte alzada!
Con tus alas de fuego y escamas doradas,
Rompe las cadenas de la noche olvidada.
En las sombras de la noche, se levanta,
El dios serpiente, el sol que nunca se agrieta,
Quetzalcoatl, señor de la tierra santa,
En su despertar, la vida y la muerte se entrelazan.